Pensamientos — IX
2 min readSep 18, 2020
No te conocí, pero seguí tu historia como si hubiese sido la de un familiar cercano.
No te conocí, pero pude sentir el amor, calidez y esperanza que radiaste.
No te conocí, pero te acompañé, en espíritu y en amor durante tu lucha.
No te conocí personalmente, pero me sentí atraída a tu dolor, tu sufrimiento y especialmente tus ganas de vivir.
Es algo inexplicable lo que suelo sentir cuando veo un niño enfermo y sigo su historia; aunque no los haya conocido personalmente, siempre me he sentido atraída y conectada a ellos de…